Me gusta poco el sol, lo reconozco. En estos meses de verano no han sido pocos los mediodías en que he rogado a San Pedro para que llueva, pero parece está también de vacaciones. No me sucede así con los atardeceres porque me encantan. Será que como “todo lo malo, luego se torna bueno”, tampoco el Astro rey escapa a este dicho popular y después de castigarnos con temperaturas irresistibles, se escurre entre los techos, palmas, faroles… de Trinidad para seducir a los apasionados de la fotografía, como yo, que no pude escoger nada mejor para cerrar este caluroso mes de agosto que este collage de atardeceres.
A TRAVÉS DEL TIEMPO
La calle Real, en Trinidad. Es esta una de las vías esenciales de la Plaza Mayor. Lo interesante de esta foto está en las ventanas de las viviendas ubicadas a mano izquierda. Fíjense: ¡son de metal! Actualmente, como muchos conocen, son de madera para estar más a tono con los aires del siglo XVIII, pero esta otra visión-una visión que no conocí pero me hablaban de ella- y estoy seguro despertará recuerdos.