Abandono

No tengo una palabra exacta para describir imágenes como esta. La definiría como una mezcla de dolor con soberbia. La primera, creo, no resulta preciso aclarar. La segunda, porque no sé cómo las personas tienen corazón de echar a los animales a la calle, a la suerte, después de haber compartido con ellos parte de su vida.

Será porque me enseñaron a amar a las mascotas desde pequeño como miembros más de la familia, o porque, si bien nunca podrán compararse con los humanos, a nadie le gustaría que lo echaran de su casa, escarbar en un basurero, vivir de las sobras de los otros. Por más que intento encontrar una explicación convincente, no la encuentro. En días así solo lamento la pobreza del alma humana. Ojalá las leyes para el amparo de los animales fueran más duras para este tipo de conductas, por estos lados.

A TRAVÉS DEL TIEMPO

La Chanzoneta, un barrio periférico ubicado a la entrada de Trinidad, por la ruta de Sancti Spíritus. El panorama hoy día difiere mucho de esta foto sepia. El asfalto sustituyó al polvo, las casas mejoraron muchísimo, pero todavía no logra despojarse de sus aires marginales.